24 marzo 2014


David Fernández debió salir a hombros. Sobre todo por la seriedad, la firmeza y el seco valor con que se impuso al séptimo. Esa faena, importantísima, no tuvo ni eco ni el reconocimiento debidos. Pero el esfuerzo que hizo, tan sincero, debe llenar el orgullo torero de David que, sin embargo, no tuvo un buen día con la espada.

José Francisco Bayona (La Opinión)